No. La incidencia de infertilidad es casi idéntica en los varones y en las mujeres. En aproximadamente un 35% de los casos son las mujeres las que padecen de alguna clase de problema que podría causarles infertilidad, mientras que el otro 35% se debe a problemas en el sistema reproductivo de los hombres. En el 20% de los casos se diagnostican problemas en ambas partes de la pareja. Tras un estudio médico completo, la causa de la infertilidad permanece oculta sólo en una minoría de las parejas infértiles (5% a 10%).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que alrededor del 15% de las parejas tienen algún tipo de problema de infertilidad. A escala mundial se estima que cerca de 80 millones de personas experimentan infertilidad y que hasta el 12 – 17% de todas las parejas tienen problemas de fertilidad en algún momento de su vida reproductiva. Debido a que sólo el 50% de las personas que padecen de problemas de fertilidad buscan ayuda profesional para tratar su problema, es sumamente difícil precisar el número exacto.

Desde el punto de vista femenino, las causas más frecuentes son las alteraciones de la ovulación y las alteraciones anatómicas de las trompas de Falopio por lesiones inflamatorias u obstrucciones. Afecciones a nivel del canal del cuello uterino y sus secreciones (flujo) pueden ser también causa de infertilidad al impedir el pasaje adecuado de los espermatozoides hacia el interior del útero. Otras causas también comunes son, por ejemplo, la endometriosis y ciertos problemas hormonales e inmunológicos.

Por otro lado, en el hombre, las alteraciones de la fertilidad pueden deberse a una amplia variedad de trastornos, no sólo debidos a una disminución en la cantidad de los espermatozoides, sino también a alteraciones en la calidad y funcionalidad de estos. Además, es necesario que exista una anatomía reproductiva íntegra y una función sexual normal. En las causas de infertilidad masculina pueden intervenir desde factores hormonales, genéticos, inmunológicos o inflamatorios hasta alteraciones a nivel de los procesos moleculares que regulan la función y capacidad de fertilización del espermatozoide.

Los problemas de infertilidad pueden surgir en cualquier momento. El hecho de haber tenido hijos anteriormente no garantizará que Usted será fértil en el futuro. De hecho, existen más parejas que padecen de infertilidad secundaria (problemas de infertilidad experimentados por parejas que ya han tenido uno o más hijos), que de infertilidad primaria (problemas de infertilidad experimentados por parejas que no han tenido hijos).

Aquellas personas que fuman, que tienen sobrepeso, que consumen drogas y/o alcohol de manera regular; las que cuentan con un historial médico de enfermedades de transmisión sexual, las que padecen de endometriosis, las que tienen una poliquistosis ovárica, las que tienen un útero con miomas (fibromas), las que presentan problemas en sus trompas de Falopio. Otro factor de riesgo es la edad avanzada sobre todo en la mujer (> 35 años).

Los abortos espontáneos son frecuentes en la mujer fértil y, en general, no tienen por qué relacionarse con problemas posteriores. No obstante, cuando una mujer acumula 2 o más abortos espontáneos (una forma de falla de la implantación recurrente), se le puede considerar una abortadora habitual y las causas deben ser estudiadas.

Hacer una vida saludable con una dieta equilibrada y sana, hacer ejercicios regularmente, practicar una sexualidad responsable, mantener un peso apropiado, dejando de consumir drogas, alcohol y/o cigarrillos, sería suficiente para prevenir algunas causas de infertilidad. No obstante, existen ciertos problemas o trastornos asociados a infertilidad que lamentablemente no se podrán prevenir o evitar.

Para realizar un correcto diagnóstico de la infertilidad se debe realizar una historia clínica y un examen físico. Además, se deberán incluir algunas pruebas básicas como son:

- Un examen hormonal. Que incluye a las hormonas que regulan la función ovulatoria y nos informan sobre la reserva ovárica.

- Una ecografía ginecológica transvaginal de alta resolución. La cual nos permitirá evaluar detalladamente al útero, los ovarios y la pelvis.

- La histerosalpingografía digital. Este estudio, que en algunas ocasiones se puede necesitar, permite valorar la permeabilidad de las trompas de Falopio.

- Un espermatograma. Estudio sumamente útil y se indica de manera rutinaria para estudiar la fertilidad del varón. Evalúa una serie de parámetros (volumen, concentración, motilidad, entre otras) que permiten la correcta toma de decisiones y la elección del mejor tratamiento de reproducción asistida.

La infertilidad de la pareja requiere de un estudio de ambos miembros y el estudio básico puede ya encontrar la o las causas del problema, pero es habitual que deban hacerse algunos exámenes complementarios, dependiendo de cada caso particular.

Realmente si afecta. En muchos casos es irreversible, aunque existen excepciones. Nuestro Centro brinda la posibilidad de congelar las muestras en nuestro banco (custodia seminal ) para ser utilizadas después de los tratamientos de quimioterapia.

 

Si la afecta. Dependiendo de la edad de la mujer y el esquema de quimioterapia la reserva ovárica (o cantidad de ovocitos en los ovarios) se ve afectada en mayor o menor grado. Para estas situaciones existen técnicas de preservación de la fertilidad como la congelación o vitrificación de ovocitos y la congelación de tejido ovárico. Estos tratamientos se realizan en coordinación con el oncólogo y el tiempo que tarda en iniciarse la quimioterapia es usualmente suficiente para recurrir a estos procedimientos; así mismo, no afectan el éxito posterior del tratamiento oncológico como se ha reportado en un sin número de ensayos.

En CERAS contamos con ginecólogos con mucha experiencia en el campo de la “preservación de la fertilidad” y con la tecnología requerida con equipos y protocolos de vitrificación de vanguardia.

Son varias las opciones que actualmente pueden ofrecerse a las parejas.

En la mayoría de las mujeres con trastornos ovulatorios u hormonales, el tratamiento con medicamentos específicos obtiene buenos resultados. En algunos casos podría recurrirse a una cirugía laparoscópica para reparar las lesiones de los órganos genitales, como las causadas por endometriosis o enfermedades infecciosas. Con el avance y los mejores resultados de los tratamientos de reproducción asistida (como la FIV), la tendencia actual es operar por laparoscopía casos muy puntuales y solo si es estrictamente necesario.

Dentro de las opciones terapéuticas en el caso de la infertilidad masculina la farmacoterapia ha demostrado su utilidad en determinados casos. Sin embargo, en otros muchos, no es posible llegar a conocer la causa de los problemas de infertilidad del varón, por lo que requieren técnicas más especializadas.

Adicionalmente, la Reproducción Asistida tanto de baja como de alta complejidad es un campo que ha evolucionado muchísimo de manera que hoy en día muy pocos casos de infertilidad son intratables.

Las TRA comprenden varios tratamientos diseñados para superar los obstáculos que se oponen a la fecundación natural. Las más utilizadas son la inseminación intrauterina (IIU), la fecundación in vitro (FIV) y la micro-inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). Cada una de estas técnicas implica distinto grado de complejidad, y la elección dependerá de cada caso en particular. Existen además procedimientos y tecnologías asociadas a la FIV y la ICSI (p. ej. el test genético preimplantacional para aneuploidías – PGT-A) a las que se recurre con el objetivo de optimizar los resultados en determinadas situaciones.